jueves, 2 de junio de 2011

Hay tres momentos en el desarrollo de un amor maduro: Enamoramiento, desilución.y la última aceptación de la realidad.
En el primer momento, el amado es el ser más maravilloso del mundo, no tiene defectos,nadie es mejor que el, esta terriblemente idealizado, casi perfecto.
El amado es perfecto (casi perfecto),el todo lo hace bien, mientras que uno mismo se ve chiquitito al lado de el., hasta el punto de no poder entender como alguien como "esa" persona, se fijara en uno mismo.
El segundo momento, comenzamos a ver ciertas imperfecciones en la persona amada.
Vemos que después de todo, su caracter no es el mejor, que en muchas ocaciones se equivoca, y esto nos produce pena y desilusión, así como el primer momento ya nos queriamos casar, y estar juntos para toda la vida, en este segundo momento es probable que querramos que se valla para siempre.
El tercer momento, "sería el amor". En el cual vemos a la persona tal cual es. Ni tan idealizado, ni tan degradado. No es dios ni el demonio. Disfrutamos de sus virtudes y aceptamos sus faltas.
Y a pesar de ellas las aceptamos y podemos ser felices. 
Creo que a partir de ahí podemos hablar de un amor maduro con posibilidades de proyectarse en el tiempo de una manera sana, porque la clave del amor, como me dijo hace un tiempo mi analista, está en reconocer, los defectos del otro, y preguntarse (a uno mismo), sinceramente si puede tolerarlos sin estar todo el tiempo protestando, y ser feliz a pesar de ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales

Demasiadas veces tenemos miedo. Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer. Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos. Dejamos qu nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas. Decimos que no cuando queremos decir sí. Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con todo cuando deberíamos cerrar la boca. ¿Por qué? Después de todo sólo vivimos una vez. No hay tiempo de tener miedo. Entonces BASTA. Hacé algo que nunca hiciste, atrevete. Olvidate de que te están mirando. Intentá la jugada imposible. Corré el riesgo. No te preocupes por ser aceptado. No te conformes con ser uno más. Nada te ata, nadie te obliga. Se vos mismo. No tenés nada que perder y tenes todo, todo, por ganar.