Hay veces, en las que hay que usar, como última instancia, de método de desahogo el llorar en silencio. Cuando ya no hay nada que decir, nada que hacer, nos metemos en un estado psicótico y comenzamos a llorar en silencio, llorar sin que nadie escuche, llorar sin que nadie sepa, llorar para nosotras, y solo así estar un poco mejor. Por cada lágrima que derramamos es un recuerdo más, un recuerdo que no nos deja olvidar nuestra historia, un recuerdo que se va. Y es así que van pasando las horas, los minutos, y calladas desconcertadas y dándonos por vencidas, lloramos para intentar borrar todo el sufrimiento. Y en las noches contra mi almohada, en silencio le voy confesando que te amo, que te sigo pensando. Cuando ya estamos bastas de llorar, que ya ni fuerza nos queda para eso, ése es el momento en el que comenzamos a pensar y a susurrar “¿ qué es lo que hice mal ?” , “¿por qué él es así ?” “¿ yo me merezco esto ?”; y una larga lista de preguntas sin respuestas, preguntas que ni nosotras logramos contestar. Y en ese instante es cuando hacemos un clic, y nos damos cuenta que mientras nosotras estamos destrozadas, tiradas en la cama, sin ganas de nada, ellos (en la suya obviamente) están bien, como siempre, sin importarles absolutamente nada. Y es ahora que yo me pregunto ¿Por qué esto es así? Por qué nuestra vida se basa en amar, sufrir, sufrir, sufrir, amar, estar bien, sufrir, sufrir. Y ellos como si nada..
domingo, 18 de abril de 2010
Hay veces, en las que hay que usar, como última instancia, de método de desahogo el llorar en silencio. Cuando ya no hay nada que decir, nada que hacer, nos metemos en un estado psicótico y comenzamos a llorar en silencio, llorar sin que nadie escuche, llorar sin que nadie sepa, llorar para nosotras, y solo así estar un poco mejor. Por cada lágrima que derramamos es un recuerdo más, un recuerdo que no nos deja olvidar nuestra historia, un recuerdo que se va. Y es así que van pasando las horas, los minutos, y calladas desconcertadas y dándonos por vencidas, lloramos para intentar borrar todo el sufrimiento. Y en las noches contra mi almohada, en silencio le voy confesando que te amo, que te sigo pensando. Cuando ya estamos bastas de llorar, que ya ni fuerza nos queda para eso, ése es el momento en el que comenzamos a pensar y a susurrar “¿ qué es lo que hice mal ?” , “¿por qué él es así ?” “¿ yo me merezco esto ?”; y una larga lista de preguntas sin respuestas, preguntas que ni nosotras logramos contestar. Y en ese instante es cuando hacemos un clic, y nos damos cuenta que mientras nosotras estamos destrozadas, tiradas en la cama, sin ganas de nada, ellos (en la suya obviamente) están bien, como siempre, sin importarles absolutamente nada. Y es ahora que yo me pregunto ¿Por qué esto es así? Por qué nuestra vida se basa en amar, sufrir, sufrir, sufrir, amar, estar bien, sufrir, sufrir. Y ellos como si nada..
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Datos personales
Demasiadas veces tenemos miedo. Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer. Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos. Dejamos qu nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas. Decimos que no cuando queremos decir sí. Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con todo cuando deberíamos cerrar la boca. ¿Por qué? Después de todo sólo vivimos una vez. No hay tiempo de tener miedo. Entonces BASTA. Hacé algo que nunca hiciste, atrevete. Olvidate de que te están mirando. Intentá la jugada imposible. Corré el riesgo. No te preocupes por ser aceptado. No te conformes con ser uno más. Nada te ata, nadie te obliga. Se vos mismo. No tenés nada que perder y tenes todo, todo, por ganar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario