lunes, 15 de marzo de 2010

Aquel lugar, era maravilloso, al adéntrate en ese pequeño mundo, lleno de colores vivos y de aromas inolvidables, se podía perder mirando y respirando de la vida que tenia esa zona, cada cosa que ahí hubiera era sorprendente, era como si se tratara de un libro que intenta mostrarte su mensaje y que solo basta de una mirada mas profunda para comprenderlo.
El agua que corría por un delgado camino, y que se perdida en los kilómetros y que pocos conocían su destino, era mas que cristalina, al beberla daba la impresión de que era sagrada, su sabor era embriagante y siempre quedaban ganas de beber mas.
El viento mecía tranquilamente las enormes palmeras, estas parecían estar bailando una hermosa y dulce canción, al igual mecían a los enormes arboles, felices al igual que las palmeras, danzando aun ritmo, a veces lento otras mas apresurado y alegre, pero siempre mostrando que tenían vida, y que no eran simples elementos del ambiente.
En el mapa, el nombre no aparecía, no muchos sabían de el, pues a nadie le importaba, a nadie excepto ella, una pequeña niñita, de cabello café con risos no muy definidos, a pesar de el fuerte sol, su piel era blanca sus ojos eran de color café, brillantes y grandes, y encajaban perfecto con toda la naturaleza que la rodeaba. Amaba con todo su corazón aquel mágico lugar, no imaginaba un segundo fuera de ese mundo, era perfecto para ella y el mejor de todos.
Le gustaba jugar ala orilla de agua, donde los arboles le regalaban un poco de sombra, para que el sol no la quemara. Imaginaba situaciones comunes, soñaba que tenía muchos amigos, que era feliz y que su vida era maravillosa. Hablaba consigo misma y podía olvidarse de todo con solo imaginar... eso le gustaba, desde muy pequeña descubrió que los sueños eran mucho mejores que la realidad, a veces deseaba con siempre soñar, para no tener que vivir en una realidad, la cual no era tan buena como sus mundos imaginarios...

Mar...

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Demasiadas veces tenemos miedo. Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer. Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos. Dejamos qu nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas. Decimos que no cuando queremos decir sí. Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con todo cuando deberíamos cerrar la boca. ¿Por qué? Después de todo sólo vivimos una vez. No hay tiempo de tener miedo. Entonces BASTA. Hacé algo que nunca hiciste, atrevete. Olvidate de que te están mirando. Intentá la jugada imposible. Corré el riesgo. No te preocupes por ser aceptado. No te conformes con ser uno más. Nada te ata, nadie te obliga. Se vos mismo. No tenés nada que perder y tenes todo, todo, por ganar.